UNA DIDACTICA DEL SONETO (Sobre un libro de Osvaldo Guevara)

Publicado: 22 agosto, 2012 en Argentina, Libros, Literatura
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En épocas de vanguardias furibundas pero agonizantes, no está de más tirarse de cabeza en un ensayo dedicado a revindicar el soneto. Lo cultores del verso libre, los disonantes y agrios barras bravas dispuestos a anatematizar el metro y la rima, podrán así adentrarse en la respiración del universo, en el sístole y diástole del corazón del mundo. Les llevará un tiempo breve y gozoso puesto que habrán saboreado el misterio de una lámpara rara, misteriosa y llena de promesas como la de Aladino.

Así lo exigen tanto la brevedad como la condensación de un tratado sobre el soneto de sugestivo título: El soneto. Ese indeseable deseado.

En efecto, dicho enunciado inicial nos avisa por medio de la paradoja que lo que allí vamos a encontrar, o padece marginalidad, o esconde algún delicioso secreto. Y tal conjetura es literalmene cierta. Porque Osvaldo Guevara, autor de algunos de los más hermosos sonetos de la literatura argentina y que ha dedicado un libro entero a su cultivo, ha decidido revelarnos, junto con la historia de este objeto mágico, algunos de sus secretos relacionados, sin duda, con la devoción de sus inventores humanistas por  las iniciaciones pitagóricas, en que las matemáticas  fundamentaban la música, y por los misterios de los cabalistas para quienes el Nombre es un Número.

El relato de Guevara nos informa sobre las infinitas posibilidades del soneto. Aunque supone una profunda meditación, el mérito cierto del  trabajo radica en la claridad expositiva, en la seriedad argumentativa y en una copiosa y sólida bibliografía. Es un modo de poner al alcance de todos  ese objeto raro y esquivo que es el soneto. Atacado por las vanguardias, decretada su condena a muerte, grandes poetas se han entregado con pertinacia a su escritura. Su música, como la del grillo de Nalé Roxlo, «música porque sí, música vana», persiste en crear nuevos  hechizos para  nuevas generaciones.

Importante aporte, entonces, el de Osvaldo Guevara: poner al alcance de docentes y estudiantes la secreta delicia del soneto. Todos sabemos (algunos lo hemos practicado) que los profesores de literatura se suelen limitar a informar sobre el metro y el número de estrofas y versos del minúsculo artefacto sonoro. Consuetudinario modo de censurar sus infinitas voces, de convertirlo en indeseable. Sólo dificultades parece acarrearle al joven lector ese espectro que se presenta escuálido y anacrónico, fuera de moda.

Por eso, Osvaldo Guevara, al convertir al soneto en un objeto deseado, en un bien a descubrir y aun a realizar, está construyendo con un viejo género desvirtuado, la didáctica, un espacio de gozo, de solaz y de sabiduría. Esa es la emanación de los sonetos elegidos para ejemplicar, analizar, disfrutar, desear. Enseñar agradando, un objetivo que se cumple plenamente en El soneto. Ese indeseable deseado. Y para los iniciados en sus recoletas fruiciones, una deslumbrante claraboya al cielo de la alegría de crear.

Fuentes:

GUEVARA, Osvaldo, 2005, El soneto, ese indeseable deseado, Villa Dolores, Gráfica Libaak

__________________,1991, Sólo sonetos, Villa Dolores, Gráfica Libaak

Principales obras de Osvaldo Guevara:

Oda al sapo y cuatro sonetos (1960); La sangre en armas (1962); Garganta en verde claro(1964); Los zapatos de asfalto(1967);  Años y perjuicios (antología,1975); Niña Carmen(1983); Diario de invierno(1990); Sólo sonetos (1991);  Poemas en verso y prosa (Inventario de una obra completa inconclusa,1997); Sin pena en la palabra(2007); Siempre deseando verte (selección amatoria, 2010)). Primera Persona (narrativa, 1994).

Dos sonetos de Osvaldo Guevara. Reside en la ciudad de Villa Dolores, Pcia. de  Córdoba.

El desahuciado

Soy una piedra roja. Un recio hachazo.

Una zarpa obsesiva. Una cornada.

Yo no soy nada. Yo no entiendo nada.

Yo era el amor. Lo fui. Soy un pedazo.

En mi cara tu adiós un latigazo.

Un enjambre en la carne desahuciada.

Quiero hundir esta voz enamorada.

Tirar mi corazón de un cañonazo.

No me busquen. Soy nadie. Me consumo

como  un rescoldo agónico. Rezumo

ceniza,  soledad, sangre, tristeza.

¿Un médico? ¿Curarme a  mí? Imposible.

Solo acepto que un jíbaro terrible

me  achique como un puño la cabeza.

Soneto noctámbulo

Deambular. Sin horario. Sin destino.

Atravesar, silbando, el largo puente.

Seguir a esa muchacha indiferente.

Detenerse, de pronto, a tomar vino.

No saber del amor ni el desatino.

No pasarse la mano por la frente.

Ser lento porque sí. Ser un ausente.

Caminar sin volver. Ser el camino.

Y nada más. Y todo. Y lo que espera

en la sombra que no nos ensombrece.

Y otra vez, calle adentro, calle afuera.

Y pasar. Sin que conste. Sin que pese.

Pensar que llegará la primavera.

Y alguna vez mirar cómo amanece.

comentarios
  1. Hla gracias x la ayuda sobre (sonetos)

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  2. […] UNA DIDACTICA DEL SONETO (Sobre un libro de Osvaldo Guevara) […]

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